El artista catalán ofreció un concierto vibrante en Puigcerdà, con invitados especiales y momentos de gran conexión con el público
El pasado 21 de agosto, Nil Moliner convirtió Puigcerdà en el epicentro musical del verano durante su actuación en el Occident Summerfest La Cerdanya 2025. Con los Pirineos como telón de fondo, el artista catalán ofreció un concierto cargado de vitalidad, emociones y cercanía que mantuvo al público entregado desde el primer momento.
Un repertorio que hizo cantar a todo el público
Nil desplegó toda su energía con un setlist que combinó sus grandes himnos con momentos más íntimos. El público coreó con entusiasmo temas como “Libertad”, “Soldadito de hierro”, “Mejor así” y “Bailando”, que desató una auténtica celebración frente al escenario. Pero también hubo espacio para la emoción: cuando sonó “ARA”, su tema en catalán, el ambiente se volvió íntimo y especial, con miles de luces iluminando la explanada del festival.
Invitados de lujo: música y amistad sobre el escenario
Uno de los momentos más aplaudidos llegó con la aparición de Manu Guix y Roger Rodés, dos figuras clave en la carrera de Nil y grandes amigos del artista. Ambos apostaron por él desde sus inicios, abriéndole las puertas de su estudio y acompañándolo en su evolución musical. Juntos interpretaron un tema que reflejó complicidad, respeto y amor por la música, dejando una imagen para el recuerdo.
Una conexión auténtica con el público
Fiel a su esencia, Nil no se conformó con la barrera del escenario. En un gesto que lo define, bajó al foso y se adentró entre el público para interpretar uno de sus temas, transformando el momento en algo único y derribando la distancia entre escenario y público.
Un festival que es mucho más que música
El concierto de Nil se enmarca en la propuesta única del Occident Summerfest Cerdanya, un festival que del 19 al 29 de agosto convierte Puigcerdà en un punto de encuentro imprescindible para los amantes de la música. Diez días en los que la música convive con la naturaleza, la gastronomía gourmet y experiencias culturales, haciendo que asistir sea algo más que ir a un concierto: es vivir una experiencia completa en uno de los entornos más privilegiados de los Pirineos.
Con esta actuación, Nil Moliner no solo reafirmó su lugar entre los artistas más relevantes del pop español, sino que también recordó por qué sus directos son sinónimo de felicidad, emoción y conexión. Una noche mágica que quedará grabada en la memoria de todos los que la vivimos.