La séptima edición del festival barcelonés celebró dos días repletos de pop, electrónica, sonidos urbanos y compromiso social, con Bad Gyal, Eladio Carrión, Saiko y Emilia como cabezas de cartel
El Parc del Fòrum se convirtió este fin de semana en el epicentro musical de Barcelona, donde cerca de 50.000 personas se congregaron para vivir una edición del Share Festival que ya pasará a la historia por su récord de asistencia y su oferta artística diversa y comprometida.
Desde primeras horas de la tarde del viernes, la expectación era palpable en cada rincón del recinto. Las largas colas para entrar reflejaban el ansia por disfrutar de un cartel que, desde su anuncio en noviembre, había generado un enorme interés. Y no era para menos: el festival volvió a apostar por una mezcla fresca y plural de géneros, que incluyó pop, electrónica, trap y ritmos urbanos, con una fuerte presencia femenina que marcó la tónica del evento.
Bad Gyal, Saiko y otros artistas prendieron la chispa del primer día con actuaciones que encendieron al público y marcaron el tono de un fin de semana vibrante.
El sábado, la energía se mantuvo en lo más alto con actuaciones destacadas de Emilia, Eladio Carrión y Juan Magán, que llenaron de ritmo y emoción el Parc del Fòrum hasta el anochecer. Su música contagiosa y su carisma hicieron que el cierre del festival fuera memorable, dejando a los asistentes con ganas de más.
Los dos escenarios, Share y Estrella Damm, funcionaron en paralelo sin solaparse, permitiendo al público disfrutar de cada actuación sin prisas ni interrupciones, una fórmula que fue muy bien recibida.
Pero el Share Festival no fue solo música. Los asistentes también disfrutaron de una zona gastronómica con foodtrucks, espacios dedicados a organizaciones sociales y ONGs, y por primera vez, atracciones que ampliaron la oferta de ocio y la convivencia en un ambiente festivo y respetuoso.
Esta combinación de música, sostenibilidad, inclusión y solidaridad, unida a un formato pensado para el disfrute diurno, ha convertido al Share Festival en una cita ineludible para las nuevas generaciones en Barcelona. Su éxito en 2025 no solo se mide en números, sino en la atmósfera única que se creó durante dos días inolvidables.
Al cierre del festival, la sensación general era de alegría y orgullo por haber logrado un evento que, edición tras edición, gana peso y relevancia en el calendario cultural de la ciudad. Y ya se espera con ganas qué sorpresas traerá la próxima entrega.