Un concierto cargado de sensibilidad y nostalgia, donde la artista gaditana logró transformar el Club Sauvage en un espacio de emoción compartida y celebración de su evolución musical
El pasado 14 de noviembre, María Parrado actuó en el Club Sauvage de Barcelona, ofreciendo una noche íntima y cargada de emoción a todos los asistentes. La joven cantante gaditana, que saltó a la fama tras ganar la primera edición de La Voz Kids con apenas 12 años, ha recorrido desde entonces un largo camino marcado por un notable crecimiento personal y artístico.
El concierto arrancó con una energía desbordante, mostrando desde el primer segundo a una María segura de sí misma y dueña absoluta del escenario. Acompañada por su banda, abrió la noche con el tema que da nombre a su nuevo álbum, «La niña que fui». Desde los primeros acordes, el público respondió con entusiasmo y dispuesto a acompañarla en cada letra.
La velada continuó con «A 500 Km», una canción que María dedicó a todas aquellas personas que se ven obligadas a alejarse de su familia para trabajar o estudiar. La dedicatoria resonó con fuerza entre los presentes, despertando una emoción colectiva que culminó en una ovación prolongada.
El momento más vibrante del concierto
Uno de los momentos más conmovedores llegó cuando María se emocionó al presentar «Indispensable», una canción que habla sobre lo difícil que puede ser acompañar a las personas que más queremos en sus peores momentos. Sus palabras, cargadas de vulnerabilidad, silenciaron la sala y generaron un ambiente de profunda conexión con la artista, dejando a flor de piel la sensibilidad que atraviesa su nuevo trabajo.
Sin embargo, fue con «Dibuja Mi Nombre» cuando el concierto alcanzó su clímax. Aquel tema que María lanzó siendo apenas una niña —y que compartió con David Parejo en los primeros pasos de su carrera— desató una ola de recuerdos entre el público, que se volcó para cantarla a pleno pulmón. La sala entera se convirtió en un coro que celebraba una parte esencial de su infancia, recordando junto a ella el camino recorrido desde entonces.
El artista invitado
La noche se abrió con la propuesta de Brandon Parasole, quien presentó una selección de temas propios que consiguieron captar rápidamente la atención del público. Con una voz cálida y una interpretación cercana, el joven artista logró crear un ambiente acogedor. Entre sus canciones, destacó su versión de «Yo te esperaré», de Cali y El Dandee, coreada por toda la sala y encargada de encender definitivamente el entusiasmo previo a la llegada de María.
Barcelona cerró una noche mágica con «Historias Inventadas» y «Tiempo al Tiempo». Sin duda, María Parrado volvió a grabar su nombre en el corazón de quienes la acompañaron, regalándoles una experiencia que difícilmente olvidarán.
