James Dean marcó una época con su melancólica actuación, representando el eterno sueño del joven americano.
Durante décadas y décadas el cine ha ido desarrollándose y desenvolviéndose en diferentes ámbitos sociales, creando nuevas tendencias y movimientos en los que ha formado parte pero lo que hay claro en todo esto es que ha habido películas que marcaron un antes y un después en este arte, y hoy hablaremos de una de ellas, Rebelde sin causa.
Jim Stark se presenta como el ejemplo de ese joven incomprendido por la sociedad, dando la imagen de misterioso y a la vez de frágil. Formando parte de una familia cuyo nivel económico era más que considerable, en Rebelde sin Causa estamos delante de la imagen que marcó un punto de inflexión en la sociedad americana de la época.
En él encontramos a un joven solitario, escondido detrás de una dureza creada por el miedo al no ser aceptado sumándole el hecho siguiente: toda persona que le conocía le intentaba cambiar, no le daba la oportunidad de ser querido con sus imperfecciones.
Jim pedía a gritos ser escuchado y a lo largo de toda la película se puede observar como presentará actos con los que querrá llamar la atención de, por ejemplo, su padre o de un grupo de chicos de su instituto a los que envidiaba por la amistad que presentaban entre ellos, queriendo formar parte de esa hermandad para dejar a un lado la soledad que le amargaba.
Solo dos personajes le darán la oportunidad de tener voz, aquellos que se sentían como él, solos y perdidos en la incomprensión de la sociedad
La caída al olvido, al temor, a la incomprensión sin comprender el por qué. El hecho de fallar o caer es lo que marcará al ser humano, haciéndole crecer y a la vez saber diferenciar entre lo bueno y lo malo, entre el creer y el desconfiar, en el saber observar antes de apostar.
La naturaleza del mal no siempre será fácil de ver a primera vista como bien podemos observar en Jim Stark, protagonista de Rebelde sin causa, quien presentó la imagen perfecta de la juventud perdida y sin rumbo.
Siendo considerado el mal en persona por no seguir el canon del joven correcto y educado del momento y a la vez viviendo el miedo a la incomprensión por su rebeldía y por su incapacidad de adaptación a lo natural de la época.
Dándoles voz a esos jóvenes que se sentían perdidos al formar parte de familias o grupos sociales que desentonaban en esa época, Rebelde sin causa marcó un punto importante en el transcurso del cine americano junto a una figura, la eterna leyenda de James Dean y su joven muerte.
Aquí os dejamos la primera película considerada clásica para ver, próximamente os hablaremos de Casablanca, una historia para no olvidar.