¿Qué canción que no te haya tocado en el reparto de temas te hubiera gustado poder cantar en alguna gala?

100% Dumbay, de Catriel y Poco Amoroso. ¡Buah! Esa la tenía yo ahí en mi lista, que me hubiera encantado, la verdad.

Os han repetido en varias ocasiones que actuéis de forma natural y que os dejéis llevar aunque estéis grabados las 24 horas del día. ¿Tú cómo has vivido esa experiencia desde dentro?

A ver, las primeras semanas muy raro. Es muy difícil relajarte de primeras, sabiendo que te están grabando todo.

Es como que a cada cosa que dices la revisitas, ¿sabes? Acabo de decir esto, entonces reanalizo a ver lo que acabo de decir, pero sigues hablando, es rarísimo. Y luego ya de repente hay un día en el que se te va y te relajas, y ya estás de chill. Pero es adaptación.

Creo que fue en el repaso de la Gala 8, que contaste que te enfadaste un poco con la situación, porque el programa te puso unas imágenes que no te gustaron del todo antes de actuar. No sé cómo ves ahora ese momento con más perspectiva, y si te hubiera gustado cambiar algo de esas imágenes o alguna de esa perspectiva.

Te voy a ser honesta, no he visto nada todavía. O sea, no tengo ni idea de nada, entonces como que sí que es cierto que no he visto mi reacción. Hay muchas cosas, ya me ha pasado en las anteriores entrevistas que me han hecho, que es como que no me acuerdo de esto que me estás preguntando.

Yo no recuerdo enfadarme, pero sí que me acuerdo que me dio rabia. Normalmente en los vídeos antes de cantar, creo que todos hacemos el ejercicio de irnos, y como de estar más pendiente en lo que voy a cantar, conectar con la canción. Pero es muy complicado, porque tienes los in-ears, el vídeo suena por los in-ears, tienes las pantallas, lo ves.

Entonces es un poco complicado, y justo esa semana a mí me costó un poco más, porque yo estaba como muy emparanoidada con una cosa que no quería que saliera en el vídeo, y salió en el vídeo. Entonces yo ya, pues claro, se me juntó con todo. Pero bueno, no sé si te responde a tu pregunta la verdad.

Téyou en Operación Triunfo 2025 I Créditos: José Irún

Quería preguntarte por una libreta que le comentaste a la Dani que tenías, si no digo mal, como todo tu disco, el concepto, ya ha hecho, todo en la libreta. Entonces, mi pregunta era si se podría saber alguna cosilla de esa libreta, si se puede, si no, pues no.

Dios, no sé si se puede. Bueno, es que es un poco lo que le conté a la Dani que no recuerdo muy bien que fue, pero como que yo tengo una libreta que uso para componer en la academia, y en esta libreta he ido poniendo todas las canciones que considero que son lo suficientemente buenas como para poder entrar en un disco, si algún día puedo hacer un disco. La estética que me gustaría llevar, ideas que tengo de portadas…, o sea, es como que todas las ideas que yo tenía, las iba poniendo ahí.

Entonces, como que estoy perfilando un poco algo, pero es que no lo tengo muy claro todavía, entonces tampoco te puedo dar una respuesta, pero sí, sí, vamos, que yo ahí tengo como todo mi mejunje.

Además de tus capacidades artísticas, una de las cosas que más me han impresionado del concurso son tus reflexiones dentro de la academia, sobre todo después de la gala, y destaco una muy interesante sobre la exigencia del jurado contra ciertos participantes que a lo mejor ponían el listón demasiado alto y eso podía perjudicar a la hora de las nominaciones y demás. Me gustaría saber si piensas que a ti se te ha puesto una exigencia demasiado alta cuando a lo mejor a otros concursantes se les exige menos y se les da la oportunidad de cruzar la pasarela. 

No lo sé, voy a hablar solo por mí o al menos por las experiencias que he tenido con el jurado. Creo que en general el nivel de exigencia es muy alto, desde el principio. Porque de verdad que a mí me pasaba que era como, ¿a quién van a nominar esta semana?

A nosotros mismos era como «Dios mío, igual me voy a nominar a mí porque la cago en esta nota y no sé qué», ¿no? Entonces cada uno a veces piensa que le van a nominar a uno mismo, pero al resto de nuestros compañeros no.

No te puedo decir que hay un nivel de exigencia más alto con algunos compañeros que con otros porque sí que es cierto que creo que en general era una exigencia muy alta. Y creo que para conmigo, de verdad que no siento que haya sido una cosa desmedida ni muchísimo menos, o desproporcionada en comparación al resto de compañeros.

Creo que al final depende muchísimo de la semana que tengas, de la canción que te pongan, de cómo estés de voz, de cómo de bien te vaya…, o sea, son tantos factores, que justo que la exigencia del jurado no lo sé. O sea, ahora mismo no te sabría responder, creo que eso. Creo que es en general la misma.

Téyou en Operación Triunfo 2025 I Créditos: José Irún

Antes de entrar en la academia dijiste que si llegaras a la final te gustaría cantar Voilà. ¿Mantienes esa canción si siguieras en la final?

Era mi canción de la final, me hubiera gustado mucho, pero es que hay otra canción que es de una artista mexicana, que se llama El Cuerpo Que Habito, que realmente era una canción que a mí me hubiera encantado cantar. Por el mensaje que tiene, por el público que nos ve, me parecía ideal. Entonces, como que yo tenía ahí como un batiburrillo, ¿no?

Natalia Lacunza acaba de decir que vivía con Marilia, Alba Reche y Marta Sango, y cuando se fue del piso y entraste tú. Cuéntame un poco de esto. 

Hace años ya, y durante unos meses, no fue mucho, yo compartí piso con Marta. Yo con Natalia nunca llegué a coincidir, pero era un piso de no sé cuántas habitaciones. A mí me llegó a través de un amigo mío, entré en ese piso, yo no sabía quién estaba en ese piso.

Estaba Marta y luego yo y otras personas, y ya está. Y entonces, yo a Natalia la conocí una vez de pasada en el piso. Pero es que no me acuerdo bien, pero hace un montón.

Tus fans llevaron la campaña para salvarte a María Patiño, que te ha mencionado muchas veces en televisión. ¿Cómo ha sido este primer contacto real con ese cariño? Y ahora que estás fuera, ¿cómo afrontas ese momento?

Alucinante, eso te puedo decir. O sea, lo de María Patiño a mí es una cosa que no me lo puedo creer. De todas las cosas que me podía esperar de Operación Triunfo, María Patiño no estaba en mi porra. Pero ni de churro, vamos.

Sinceramente yo no he visto nada de fuera todavía. No he cogido el móvil, no he visto nada. Entonces, me apetece mucho materializar todo esto que me están diciendo y que me lo ha dicho Noemí también. Que es como, «la gente te quiere un montón». No me he parado a verlo todavía. Entonces me apetece leerlo y conocer a la gente.

Sigo con miedo, no te voy a mentir. La verdad, o sea, es como que tengo miedo. Tengo miedo. Porque, no lo sé, es una cosa nueva. Me apetece hacerlo bien. No quieres decepcionar a nadie. Quieres cumplir con las expectativas de todo el mundo también, en cierto modo. Pero también con las tuyas propias. O sea, no sé, son muchos sentimientos que tienes que ubicar, ¿no? Y quieres hacerlo bien, yo lo quiero hacer bien.

Entonces eso, tengo un poco de vértigo, pero tengo muchísimas ganas.

Dentro de esta experiencia que es muy surrealista y que muy pocas personas tienen esa oportunidad, ¿qué es lo que más te ha gustado y qué es lo que te ha parecido más duro?

Pues lo que más me ha gustado han sido mis compañeros, mis compañeras. Convivir con ellos, conocerles. Además justo el junte de personas que se ha hecho esta edición, yo de verdad, un 10. O sea, nos llevamos todos genial, somos hermanos. Lo que más me ha gustado 100% ha sido eso.

Y lo que más me ha costado ha sido el aislamiento 100%. El estar incomunicado del mundo. Es lo que se te hace más complicado al final.

Téyou, junto a Vic Mirallas, en Operación Triunfo 2025 I Créditos: José Irún

Hace un par de semanas hablamos con tu compañera María Cruz y al principio le daba un poco de vértigo la convivencia. También un poco porque era un poco más mayor que sus compañeros. No sé si tenías también ese sentimiento porque al final también te llevabas unos cuantos años con algunos de ellos.

Sí, o sea, yo tenía esa misma sensación. Yo al entrar aquí tenía muchísimo miedo de, no de no conectar con nadie, pero de no llegar a poder hablar tranquilamente con alguien o generar algún tipo de vínculo que fuera como un apoyo, ¿sabes? Gracias a Dios no ha sido así, y me he llevado con todos increíble.

Me he sentido súper bien y súper cuidada y súper arropada. Pero inevitablemente era un miedo que yo tenía. En plan, tengo 28 años y yo qué sé, Cristina acaba de cumplir 19.

Quiero decir, la diferencia es enorme y da vértigo. Pero la verdad que ha sido una sorpresa súper guay como hemos conectado todos.