Con una sala a reventar, el grupo ofreció un show donde la música fue la única protagonista
El jueves 27 de febrero, la histórica sala La Paloma de Barcelona vibró con la energía de Besmaya, el dúo conformado por Javi Ojanguren y Javi Echávarri, dentro de la programación del Cruïlla d’Hivern 2025. Amigos desde los tres años, estos jóvenes han irrumpido en la escena indie-pop española con su estilo único y fresco y se han convertido en una de las promesas más destacadas del género en este país.
La expectación era palpable desde el inicio, con una sala repleta gracias al sold out logrado pocas horas antes del concierto. Desde los primeros acordes, el público se entregó por completo, saltando y bailando sin parar. La conexión entre la banda y sus seguidores fue inmediata, creando una atmósfera de celebración colectiva que se mantuvo durante toda la noche.
Entre los momentos más destacados, la aparición sorpresa de varios invitados especiales que transformaron la sala en una fiesta con amigos: Malmo 040, Hey Kid e Íñigo Quintero se unieron al dúo en el escenario en sus featurings Matar La Pena, Lo Que Haga Falta y El Tiempo Que Paso Contigo, y la sala por poco se cae. Incluso el padre de uno de los integrantes tuvo su momento bajo los focos y se unió al grupo tocando la batería, añadiendo un toque emotivo y familiar al evento.
A pesar de su presencia escénica, Besmaya optó por dejar que su música hablara por ellos, limitando las intervenciones verbales y centrando toda la atención en sus interpretaciones. Pero su capacidad para llenar una sala como La Paloma y mantener al público enérgico y conectado durante la hora y media de concierto es prueba de su talento y del camino ascendente que están recorriendo en la música española. Ahora solo falta sentarse y ver como este dúo se convierte en una de las formaciones más relevantes de la escena actual.