La adaptación de ‘La Chica de Nieve’ llegó a Netflix hace más de dos semanas y sigue en el Top10 desde su estreno. A continuación, te contamos los detalles.

Estos días en los que Netflix está en boca de todos es un buen momento para hablar de uno de sus últimos éxitos; La Chica de Nieve, ficción que a día de hoy se encuentra en el número 2 de las series más vistas en España. Esta serie es una adaptación del libro de Javier Castillo, que lleva el mismo nombre, y fue publicado en marzo de 2020. 

La trama se inicia con el secuestro de Amaya Martín (Emma Sánchez) en la Cabalgata de Reyes de Málaga en 2010. La periodista Miren Rojo (Milena Smit) se obsesiona con este caso y no parará hasta encontrar a la niña y sus secuestradores. Para ello, contará con la ayuda de su profesor – y periodista- Eduardo (José Coronado). Por el camino se encontrará con algunos baches, como el constante enfrentamiento con la inspectora Millán (Aixa Villagrán), puesto que a la policía no le gusta la idea de que Miren siga investigando el secuestro años después.

En esta historia también juegan un papel importante las cintas de VHS que reciben los padres de Amaya, en las cuales aparece la niña, y que son la prueba de que sigue viva después de tanto tiempo.  

Entre las diferentes opiniones de los espectadores, si hay algo en lo que han coincidido, es en las sensaciones que transmite la serie. Tiene un clima de suspense que se refuerza con un tono oscuro, inquietante y frío. Todo ello se ve representado en una Málaga lluviosa que nada tiene que ver con el paisaje veraniego al que estamos acostumbrados. 

Esta atmósfera dramática se intensifica con la interpretación de los actores. Loreto Mauleón, quien interpreta a Ana, la madre de Amaya, consigue trasladar el dolor desgarrador de una madre que ha perdido a su hija. Milena Smit, que da vida a Miren, ofrece la misma vibra que la protagonista del libro. Cuando aparece en pantalla emite la misma inquietud y frialdad que se describe en la lectura. Además, se conserva su curiosidad y perseverancia por conseguir lo que se propone.

En el caso de Iratxe Emparan, la Amaya adolescente, destacan sus expresiones faciales porque transmiten el terror y la angustia que Amaya debe sentir al encontrarse en esa situación. Por último, brillante la actuación de Cecilia Freire, con el papel de Iris Molina; su personaje inquieta solo con mirarla. El dolor y la sensación de fracaso que dominan en su interior traspasa la pantalla y su locura es aterradora.  

 

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En el libro, el secuestro se produce en el año 1998 en la ciudad de Nueva York. A partir de ese momento, se inicia un juego temporal que hace saltar entre diferentes épocas para conocer cómo avanza la investigación, y la desesperación de los padres, por no conocer el paradero de su hija. En la serie se sigue ese mismo camino, pero haciendo un cambio en las fechas de los acontecimientos y el lugar en el que se desarrolla la historia; Amaya es secuestrada en la Cabalgata de Reyes de Málaga en 2010. El salto temporal a veces puede llegar a confundir a los espectadores, detalle que se acentúa en la serie teniendo en cuenta que el físico de los personajes no cambia con el paso de los años

Ese desorden de los tiempos provoca que se pueda llegar a perder el hilo entre secuencias. No obstante, también ayuda a empatizar como espectador. El desorden puede llegar a ser una confusión intencionada para sentirse como los protagonistas. El transcurso de la trama pasa por callejones sin salida que desencadenan en subtramas y alejan del objetivo principal; encontrar a Amaya. Por ello, se siente la frustración de los propios padres de la criatura, quienes no entienden por qué se llevaron a su hija y por qué les están haciendo llegar pruebas de que sigue viva. 

Como último apunte, para las mentes más curiosas, Javier Castillo hace una breve aparición en la última escena de la ficción junto a su hija. A partir de este recurso, se juega con la metaficción, dándole ese toque especial a una narración que seguro le ha dado mucho más de lo que podía llegar a imaginar en el momento en que la escribió. Independientemente de la trama, y las inverosimilitudes que se puedan encontrar en ella, destacar la producción de La Chica de Nieve porque es difícil llegar a realizar una adaptación tan fidedigna a su historia original

La supremacía de Netflix podría estar en peligro 

Esta breve serie, de tan solo seis capítulos, está marcando tendencia desde el momento de su estreno el pasado 27 de enero en Netflix. En la época de las plataformas de streaming, donde prevalece la instantaneidad y la brevedad, este tipo de series son la clave para ganarse al público. Pero, ¿qué pasará con Netflix tras la presentación de su nuevo modelo de negocio?