Consagrada tras el éxito de su álbum “Sanación«, la artista cordobesa publica dos nuevas canciones en plataformas digitales.
La sanación no es un hecho permanente. Se transita, pero no se obtiene. Objeto de muchas aristas, el equilibrio es difícil de amarrar. Siempre hay que seguir explorando para hallarlo. Después del primer álbum de María José Llergo (Pozoblanco, 1994), “Sanación”, la artista plantea nuevas dualidades. Lo luminoso y lo áspero. En la línea de las últimas noticias que habíamos tenido de ella, “A través de ti”, el pasado septiembre, el primero de los dos temas que edita, “La Luz”, sigue buscando la pureza inmaterial.
“La Luz” es un latido duradero donde la caricia y el mimo de voz y sintetizadores caminan hacia la iluminación, con energía pulcra y en compás de alegrías. El título hace justicia a lo que se vive como oyente: canción de auriculares, de detalles celestiales rebotando en el estéreo, donde la joven personifica la luz en forma de mujer, como empoderamiento.
“Tu piel” parece seguir la senda de esa misma luz, pero rompe con percusiones electrónicas que epatan. María José Llergo ha trabajADO con mimo ese switch sónico con los productores $kyhook –con quien ya publicó “La sombra”– y Didi Gutman (Brazilian Girls). “Lo que hay debajo de tu piel no es simple”, esgrime Maria José Llergo, con fuerza y versatilidad, alargando el grito y filtrando la voz en “Tu piel”, una canción que habla de la pérdida valores que se produce cuando se prioriza la apariencia por encima de la esencia. “No podemos reducirnos a la apariencia, lo que hay debajo de ella es mucho más grande. Una parte del ser imprescindible, mucho más allá de la imagen o del color de la piel”, enfatiza.
El cuidado, claro, se cuela hasta en la portada de los temas (arte del estudio Querida y fotografía de Paloma Wool): el brillo de un cuchillo en la cara A; y el mismo cuchillo hecho trizas en la B.
Maria José Llergo vuelve a adentrarse en terrenos espinosos, siempre conectados al compromiso artístico, desde lo poético y lo brutalmente honesto. Lo material y lo inmaterial, cara a cara. Después del éxito de su primer álbum, “Sanación”, que ha recibido el aplauso de la crítica especializada, la cordobesa sigue labrando un camino paciente, autoanalítico, moderno y delicado. Donde lo que se oye, las palabras que salen de su boca, y el envoltorio que las acompañan, están a la altura de estos días raros. Parafraseando a la cordobesa: “Lástima del pobre que solo tiene dinero”. Canciones, auténtico valor para el alma.