Stay Homas cambia su terraza por el escenario del Estadi Olímpic Lluís Companys con sold out y un público entregado a su buen ambiente y música

Stay Homas arrasó en el Share Festival consiguiendo un sold out en su único pase en Barcelona este verano, que fue todo un éxito gracias a la interacción de los artistas con el público. El espectáculo empezó a las 21:00h, con una magestuosa puesta de sol que acompañó el mensaje de libertad de los cantantes.

Abrieron el concierto con una de sus frases más míticas, inicio de la canción In the end, que usaron para abrir el repertorio musical. El público demostró desde el minuto uno que venía dispuesto a darlo todo, saltando y cantando, «ens pugeu el mood Barcelona» («nos subís el mood Barcelona»), dijeron.

Sold out de Stay Homas en el Share Festival | Fuente: Roser Gamonal @rosergamonal // @bikini_media @zerkofilms

Las dos fases de Stay Homas

Stay Homas nació en plena pandemia, haciendo las canciones, vídeos e incluso directos desde su terraza. Ahora han salido a la nueva normalidad, con nueva música pero sin olvidar su origen. Eso lo vimos reflejado en el repertorio variado y en los mensajes que lanzaron al público.

Pudimos disfrutar de temas del su primer álbum Agua, como Les Merdes, Let it Out Ara (Les Merdes II). También cantaron sus canciones más conocidas, que les lanzaron a la fama. Uno de los más aclamados fueron The Bright Side, Gotta be patien y Stay Homa.

Las colaboraciones tampoco faltaron, como Del Revés con Sofia Ellar, Volveré a Empezar con Nil Moliner o No estamos tan mal con El Kanka. Aún así, no fue posible por la situacion actual ver a ninguno de esos artistas en directo, escuchamos versiones cantadas solo por el propio grupo.

Finalmente el público les pidió lo que ellos calificaron como su «tema menos conocido», Doin’ the peach con Vic Mirallas, del cual cantaron un trocito a capella.

Guillem Boltó (Stay Homas) en el Share Festival | Fuente: Roser Gamonal @rosergamonal // @bikini_media @zerkofilms

El público, un miembro más del grupo

La interacción entre el público y los artistas fue constante. El hilo conductor fue hablar de los sentimientos y sensaciones durante la pandemia. «Estamos en un mood raro, pasemos juntos a un mood más alegre, más luz y menos oscuridad», comentaban.

Además, se alegraban de sacar sonrisas al público, aunque también aclararon que empezaron a hacer música para sacarse a ellos mismos una sonrisa y animarse unos a otros. «Si uno estaba de bajón, los demás le subíamos el ánimo».

El público tuvo que participar en muchas ocasiones, recordando un concierto de los Beatles, cantando trozos de canciones, haciendo el «perreo sentao»… Y finalmente una camiseta de uno de los fans fue protagonista y presentación de Doin’ the peach, ya que sorprendió al cantante al ser un tema no incluído en el álbum. Al final de la noche, se la regalaron al cantante.

El público acompañando a los artistas | Fuente: Roser Gamonal @rosergamonal // @bikini_media @zerkofilms

La gran estrella de la noche

A pesar de todos los temas y la emoción del público por ver a los artistas, no fueron los miembros de Stay Homas los que captaron el mayor punto de atención del espectáculo, si no el símbolo de su inicio: el cubo.

Guillem Boltó trajo su instrumento más preciado, su cubo azul con el que comenzó a tocar en casa. Pidió una ovación para él, y el público respondió con aplausos y gritos. Tocó con él algunos temas, demostrando que a pesar de los lujos de un escenario en comparación a los de una terraza, la esencia Stay Homas no muere.

Detalle para el equipo

Antes de finalizar el concierto, los artistas se tomaron un momento para tener un detalle con toda la organización del evento. No solo agradecieron a los técnicos musicales, pensaron en todo el equipo: en las luces (Toni Llobet), la tienda de merchandising, la fotógrafa (Marta Mas), en el afinador (Juan Roca)… Fueron muchos los nombres que recibieron ese agradecimiento de la banda acompñado de un aplauso del público.

Cultura segura

Las medidas anti covid-19 se cumplieron rigurosamente. El aforo estaba solo al 50%, normativa impuesta por la Generalitat de Cataluña, al entrar se tomaban temperaturas, había sillas para marcar las distancias (aunque se permitió al público ponerse de pie) y la prensa estuvo en una zona apartada. También se dividió la zona se pistas con las gradas y se contrató un cuerpo de seguridad que garantizó las mascarillas y evitó las aglomeraciones.

Fue una noche segura y mágica que dió vida al Estadi Olímpic después de tiempo en silencio. Aún quedan conciertos del Share Festival, ¡no te los pierdas! Más información aquí.