Entrevistamos a Alberto, finalista de MasterChef 8 y repasamos su paso por el programa
El exjugador de fútbol sala ha demostrado durante todo el talent sus ganas de aprender y superarse para llegar a la final de MasterChef. Así mismo, hemos podido ver a un concursante competitivo y, a la vez, un gran compañero. Pese a no lograr salir vencedor, Alberto ha ganado algo más importante, el amor.
¿Qué te impulsó a presentarte al casting?
Imagino que, como la mayoría de la gente que se presentó al casting, lo que me impulsó fue el amor a la cocina y las ganas de superarme a mí mismo.
Define con 3 palabras tu paso por el concurso.
Esfuerzo, evolución y experiencia vital.
¿Cómo ha sido vivir el confinamiento dentro de la casa de MasterChef?
Ha sido una experiencia agridulce. Muy intensa por un lado, porque la gente que quieres está fuera, sabes que no lo está pasando bien y te duele no poder estar con ellos… Pero, por otro lado, ha sido muy bonito el poder compartir tantos momentos con esta «nueva familia MasterChef» que hemos creado.
¿Hay tanta rivalidad como se podía apreciar en los programas entre unos concursantes y otros?
Hay rivalidad, en los programas se puede notar, pero tengo que decir que es una rivalidad muy sana y competitiva.
En la expulsión de Juana vimos a un Alberto destrozado, ¿qué sentiste en ese momento?
Fue un momento muy duro… Yo perdí a mi última abuela hace 12 años, y encontrarme con Juana fue como volver a tener abuela y sentir lo que sentía entonces. En el momento de su expulsión, sentí muchísima pena, pero a la vez una sensación de alivio por ella, ya que en el último programa no lo estaba pasando bien.
Muchas veces se ha visto como Luna te sacaba de tus casillas y hacía que estuvieses nervioso, ¿te ha resultado complicada la convivencia con ella?
La relación con Luna ha ido de menos a más. Si no la conoces, parece que no se toma nada enserio, pero es su carácter. A medida que la fui conociendo, descubrí a una Luna muy auténtica (que es tal y como la veis) y una persona muy sensible y cariñosa.
Ha sido notable tu gran afinidad con Iván durante todo el concurso, ¿cómo definirías tu relación con él?
Ya le digo que es mi hermano gallego… hemos compartido habitación TODOS los días desde que entramos a MasterChef hasta el último.
¿Cómo te sientes al ver que tu vida privada es cada día un poco más pública? ¿Cómo llevas que la gente te reconozca?
Al principio se hace extraño. Por ejemplo, estar en una terraza y que la gente te reconozca… Además, yo que soy bastante tímido, imagínate. Pero es lo que toca, todo esto es «más o menos» pasajero.
En la última prueba de exteriores te hemos podido ver muy tranquilo a pesar de las distintas complicaciones que has tenido, ¿qué te ayudaba a tranquilizarte?
Lo que más ayuda es verte capacitado para hacer aquello que estás haciendo. Te puede salir mejor, peor, tener fallos… pero si confías en aquello que haces estás mucho más tranquilo.
¿Si tuvieses que elegir tu al ganador o ganadora de esta edición quién sería? ¿Por qué?
Pues si por mi fuera, sería uno de mis tres fantásticos: Ana, por lo que ha trabajado; Iván, porque para mí tiene un talento y unas ganas descomunales; o Luna, porque tiene luz propia.
¿Qué momento de todo el concurso te gustaría destacar?
Personalmente me han hecho mucha ilusión tres momentos: El primero, cuando Jordi Cruz me invita a aprender con él; el segundo, cuando rompemos a llorar con Iván antes de conocer el último finalista; y, el tercero, el beso con Luna.
¿Qué le dirías a alguien que quiera presentarse a MasterChef?
Que sea él/ella mismo/a, que no haga ningún papel. Lo importante para entrar es tener las ganas, la energía y el suficiente amor por la cocina para aguantar pruebas muy duras.
¿Cuáles van a ser tus planes ahora que MasterChef ha acabado?
Mi intención es formarme en una escuela de cocina, compaginándolo con prácticas en alguna cocina y, así en un futuro, poder aprender de Jordi Cruz. El único problema es que con la COVID la situación actual del sector de la restauración es un poco complicada.
Es muy complicado saber qué ocurre en cada programa y no poder decirlo, ¿cómo lo has llevado?
Es lo que preguntan la mayoría de personas con las que he hablado del programa durante este tiempo. Al final, yo les decía que lo mejor es no saber nada para no perder la emoción.
¿Te sientes satisfecho con tu paso por el programa? ¿Hay algo que te gustaría cambiar?
Me siento muy satisfecho de mi paso por MasterChef, creo que la gente me ha podido conocer tal como soy en la vida real, que era una de mis principales preocupaciones.