Paula Vázquez se estrena en Madrid con un concierto en el que no faltó nada. Una hora de emoción y diversión
Los viernes en Madrid y, en general, los fines de semana son días llenos de planes. Conciertos en todas las salas, quedadas en cada rincón y las calles repletas de gente. Entre todas las citas que había marcadas en el calendario el día 6 de octubre, sin duda, hay que destacar el primer concierto en Madrid de la artista emergente Paula Vázquez.
Eran las 18.30 de la tarde cuando en el Centro Cultural de San Juan Bautista, situado en el distrito de Ciudad Lineal se formaba una cola de gente para acceder al concierto de la joven cántabra. Desde el día antes, muchos habían acudido a recoger su entrada para no perderse la esperada cita.
Un público diverso, con gente de todas las edades, llenó la sala esperando que las agujas del reloj tocasen las 19.00 de la tarde. Muchos amigos de la joven, pero también, muchas personas de la zona que querían descubrir qué podía ofrecer la artista.
Después del silencio
Los primeros acordes de ‘La noche estrellada’ comenzaron a sonar y así, empezó el concierto. Este tema, junto a otros, pertenece al EP ‘Después del silencio’ de la joven artista. Una vez roto el hielo, Paula quiso dar las gracias a todos los asistentes y presentar la siguiente canción, algo que, tal y como ella admite, le encanta hacer durante sus conciertos. «Como cantautora, me gusta contar de dónde nacen mis canciones. La siguiente, como su nombre indica, habla del destino y de dejarse llegar», dijo la joven. Así, las luces se atenuaron mientras sonaba ‘Destino’. Esta primera parte del concierto la completó ‘La mariposa azul’, un tema inspirado en el animal que le da nombre. «Si pudiera reencarnarme, sería una mariposa», admitió Paula entre las risas del público.
Además de cantar, la cántabra no quiso perder la oportunidad de conectar con el público a cada instante. Muestra de ello fue la siguiente canción. «¿Os suena el Benidorm Fest?». La melodía de ‘Ay Mamá‘ retumbaba por la sala ante los gritos y los aplausos de los espectadores. Este ápice de euforia fue aprovechado por la joven para hacer cantar al público, mayores incluidos, dando lugar a uno de los momentos más divertidos de la cita.
Tras este momento álgido, el ambiente se tranquilizó con la interpretación de ‘Gigante de Hierro’, sin embargo solo era un pequeño descanso para lo que estaba por venir. Rigoberta Bandini no sería la única artista que se colaría en el setlist y es que, Paula también se atrevió con una cover de ‘Fiebre’ de la conocidísima Bad Gyal. Una canción que, aunque es famosa entre el público más joven, puso a todos a bailar, sin distinción. «Esta canción hay que perrearla», explicaba la cantante a los presentes. Un rato divertido en el que los mayores intentaron integrarse en las nuevas generaciones. De nuevo, tocaba coger aire y la mejor manera era disfrutando de ‘Vértigo al volar’, un tema íntimo que silenció a los espectadores.
La dinámica ya se había instaurado en la tarde, bailando de la diversión a la sensibilidad de tema en tema. La cita se iba terminando, sin embargo, aún quedaba cerrarla por todo lo alto. ‘Verano’, un tema indiepop, fue el encargado de levantar, ya sí, por completo, a la sala. Muchos se animaron a corearla, incluso. De nuevo, llegó la emoción y, de esta manera, acabó la tarde. La joven interpretó ‘Dinamita’, conocidísimo tema de La Bien querida, consiguiendo que algunos derramaran sus lágrimas. La nota final la puso ‘Nunca Jamás’, una de las canciones más importantes de la artista cántabra con la que probó suerte en la pasada edición del Benidorm Fest y, aunque no fue seleccionada, marcó un punto de inflexión en su carrera. El público la acompañó con las luces de su teléfono, con luz.
Y así, como quién no lo espera, pasó una hora completa. Una cita en la que no faltó absolutamente nada, en la que se viajó por diferentes estilos, siempre con el toque personal y, a la vez, se vivió y se sintió desde la alegría hasta la emoción. Esta ha sido la primera vez de la artista cántabra tocando en Madrid, sin embargo, no nos cabe duda de que no será la última, ni siquiera la penúltima. Con la sinceridad como bandera, la joven podrá llegar a donde se proponga. Al final, la verdad siempre prevalece, aunque parezca que no. El que ama la música, ama lo real. Ama encontrarse reflejado en las canciones, bailar con las melodías o gritar a pleno pulmón. Y sí, todo eso está en la música de Paula Vázquez.