Andrés Suárez presenta su nuevo trabajo discográfico, el primero homónimo, formado por diez canciones y cinco canciones inéditas más personales que nunca.
Hemos tenido que esperar más de tres años para volver a meternos dentro de la cabeza del cantautor gallego pero, después de tener que aplazar la fecha por la situación excepcional en la que vivimos, al fin ha nacido Andrés Suárez, su octavo disco, producido por Tato Latorre y Toni Brunet.
El disco cuenta con diez canciones, entre las que se encuentran Despiértame, Nina, No diré, Un solo día y 6 de la mañana, que las hemos ido conociendo en los últimos meses. Además, el cantautor ha querido regalar cinco canciones inéditas a quienes hayan querido reservar el disco en la preventa.
Este disco supone un cambio en la carrera del artista puesto que esta vez se pone a él mismo en el centro: la portada lleva su cara, el título lleva su nombre y las canciones narran historias vividas en primera persona. Sin duda, es el disco más personal del cantautor.
A lo largo de su trayectoria, hemos ido viendo distintas versiones de Andrés que nos iban descubriendo la etapa vital en la que se encontraba: desde el cantautor que se enamora en los bares, los hoteles y las calles hasta el amante más enamorado. Ahora nos presenta Andrés Suárez y nos muestra otra cara del amor: la de la admiración y la nostalgia endulzada.
Un disco en pasado lleno de añoranza
Cuando creíamos que nos habían cambiado al “Andrés de siempre”, llega y nos dice que nos equivocábamos. Andrés siempre va a ser ese cantautor que hace de la morriña una canción. “Cuatro discos sin pasado, los otros… no me hago cargo” dice en Propongo, la canción que cierra el álbum. Este, sin duda, es uno de esos discos de los que no se va a querer hacer cargo.
Algunos recordarán aquellos vídeos en una habitación oscura, a Andrés con su guitarra sentado entre instrumentos y el proyecto llamado Canciones que nunca debí componer. Serán los mismos que recordarán No Diré, que ahora tiene mucho más ritmo y una letra un tanto distinta, y que por fin será escuchada por la cantidad de oídos que merece.
Decía Andrés en una entrevista que intenta que una obra deje legado, que sea eterna, y si hay una canción eterna en este disco es 6 de la mañana, porque pese a narrar una historia muy íntima, contiene una de las frases más universales del álbum: “creo que creo en tus ojos más que en mis canciones”. Además, tiene el mix perfecto de desgarro y de nostalgia en estado puro que gusta al público del cantautor, así que probablemente se convierta en una de las grandes canciones aclamadas en los conciertos.
Si la veis es una de esas canciones que ya hemos ido viendo otras veces en su discografía, en las que Andrés le canta a un amor que no fue pero que sigue presente en él. En Si la veis le da consejos a una mujer que estaba demasiado herida como para poder darse a él como a él le hubiera gustado, pero a la que no le guarda ningún tipo de rencor por no haberle correspondido. Siguiendo la temática de los amores que no fueron, tenemos también Un solo día, de la que os hablamos hace unos días en otro artículo.
Calella y Nina van a la par porque ambas narran un amor que le dejó enmudecido y se podrían resumir en un “no sabré deciros nunca todo lo que fui a su lado”. Una habla de los mejores veranos de su vida y la otra es “el más hermoso de los pasados”.
Canciones amargas entre tanta dulzura
En el disco también hay canciones amargas: Despiértame narra una relación tóxica que ha llegado a su fin y que no quiere repetir; en Todavía puedo oírte recuerda a su mejor amigo de la infancia, que murió joven por la droga. La primera tiene una melodía pegadiza que te hace disfrutar la canción y, en cambio, la segunda es mucho más cruda. Queda claro que, como dijo una vez en Desamiga, “duele más un desamigo que un desamor”.
En El cantante le canta a su pasado, a una mujer a la que amó hace diez años y a la que sigue amando; le habla también a su hijo y le pide a su amada que no le cuente al infante que estuvo con “el cantante”: “dile a sus ojos de bruma que no sea cobarde, aunque tú lo fueras y no le hables nunca del cantante”.
Un disco metafísico, “como yo sonando”
Andrés contaba en #Descubriéndo(me) que este disco es como él mismo pero sonando, y es lo más personal que ha hecho en su vida. Es su historia. Me surge una duda: si su sexto álbum se titulaba Mi pequeña historia y es uno de sus grandes éxitos, ¿en qué se convertirá este nuevo trabajo, en el que cuenta no solo una sino diez (más cinco) de sus pequeñas historias? Como para él lo mejor está siempre por llegar solo me queda desearles larga vida y mucho éxito a Andrés Suárez y a su autor.