Un grupo de adolescentes tiene que enfrentarse a los habitantes de su pueblo, convertidos en zombis. La sangre y las canciones están aseguradas.

Todo empieza con una canción en la radio. La navideña pero triste Christmas Means Nothing Without You, de Shonagh Murray, da paso a una película gamberra en la que, en medio de un apocalipsis zombi, aún hay tiempo para los números musicales.

Anna Shepherd, interpretada por Ella Hunt (Cold Feet, Dickinson), y su grupo de amigos se encuentran en un momento complicado de su adolescencia. Tienen que hacer frente a problemas familiares y a miedos como decidir si perseguir sus sueños, perder amistades porque se van a estudiar a otros sitios… Aunque también hay espacio para la alegría de haber encontrado la persona que crees que será el amor de tu vida.

Así pues, no sorprende que, para este grupo, matar zombis se convierta tanto en una forma de sobrevivir como de desahogo. De esta forma, la población de Little Heaven se convierte en el escenario perfecto para masacrar a los muertos vivientes. Además, el grupo tendrá que valerse sin ningún adulto ni podrá contar con la ayuda de militares.

Ana y el Apocalipsis (Anna and the Apocalypse) se ha convertido en todo un filme anti navideño. El típico bastón de caramelo decorativo se usa como arma para aniquilar zombis, un disfraz de muñeco de nieve se convierte en una amenaza y se quema el árbol de la ciudad.

También nos podemos imaginar que no todos podrán salir vivos de Little Heaven. Los versos de algunas canciones ya dan pistas de quién sobrevive y quién no. Incluso se utiliza el cliché del número musical en el comedor del instituto para advertirnos que los finales de Hollywood no existen.

Fotograma de la película/Fuente: IMDb

No solo los zombis son villanos

En una situación de caos como es un apocalipsis zombi, estos seres no son los únicos villanos a los que hacer frente. Son momentos que sacan a relucir la auténtica naturaleza de algunas personas y llegan a convertirse en monstruos mucho más peligrosos.

En esta película, tenemos al director del instituto, Arthur Savage, interpretado por Paul Kaye (Juego de Tronos, After Life). Su opinión respecto a la juventud no es que sea demasiado positiva y, además, vive con la sensación que no tiene la autoridad suficiente para hacerse respetar.

Todo cambia con la entrada de los zombis en el pueblo. Con algunos personajes que se han quedado en el instituto, se impone como líder. Su intención es mantener el control de su centro a través de sus normas. Cuando su autoridad se cuestiona, no duda ni por un instante en abrir las puertas para que entren los muertos vivientes.

Como villano del filme, no puede faltar su canción, Nothing’s Gonna Stop Me Now, una de las mejores junto a Soldier At War. Permite ver la locura de Savage, un personaje que, aunque al principio solo parece amargado, al final lo vemos como el gran psicópata que es.

Mucho más que una simple película

Ana y el Apocalipsis tiene todo una historia detrás. Está basada en un cortometraje, Zombie Musical, que dirigió y escribió, en el año 2010, Ryan McHenry, un joven director de cine escocés. Con este montaje, le valió la nominación como Mejor Director en los premios British Academy Scotland New Talent Awards, del año 2011.

John McPhail decidió adaptar el corto y convertirlo en película. Para el guion, contó con Alan McDonald y el propio McHenry. Desgraciadamente, este no pudo ver el estreno de la película porque murió a los 27 años de cáncer.

Así pues, el filme se ha acabado convirtiendo en un homenaje a McHenry.