Netflix llama a la puerta de la academia con El juicio de los 7 de Chicago, una película que ha dado voz a una realidad llevada a nuestro día a día

No mentiré antes de nada, para mi esta película en el momento en el que estamos ha sido un golpe moral fuerte. Acabé de ver El juicio de los 7 de Chicago a las 3 de la mañana, emocionada, con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta de tal calibre que eso solo podía significar una cosa: esta película era muy buena.

Eddie Redmayne, Sacha Baron Cohen, Mark Rylance, Frank Langella, Josep Gordon-Levitt, Jeremy Strong, Yahya Abdul-Mateen II, Michael Keaton… Un reparto de actores que con solo leerlo predecía lo que íbamos a ver, dos horas de buen cine. Pero antes de nada, ¿Qué os encontraréis en El juicio de los 7 de Chicago? ¿Cuál ha sido el motivo por el que esta película está siendo considerada un gran éxito de Netflix?

El juicio de los 7 de Chicago huele a Oscar
El juicio de los 7 de Chicago huele a Oscar.

En El juicio de los 7 de Chicago encontraremos la narración de uno de los juicios más populares de la Historia de Estados Unidos, lugar donde se juzgaron a ocho individuos detenidos durante una manifestación en contra de la guerra de Vietnam.

Fueron acusados por conspiración en contra de la seguridad nacional y su arresto se produjo por lo siguiente: unos disturbios contra la policía. El juicio fue impulsado por el nuevo fiscal general, vistiéndolo con claros toques políticos y a la vez dando lugar a diferentes conflictos sociales: manifestaciones, movimientos ciudadanos y luchas por los derechos civiles.

Un gran revuelo que pasó a la posteridad en una época de grandes cambios en los Estados Unidos.

Dirigida y guionizada por Aaron Sorkin, nos adentramos en una interpretación profunda de un acontecimiento esclarecedor de lo sucedido en América.  Esta película logra de una manera clara y sin rupturas llevarnos a un estado reivindicativo, emocional y fraternal hacia los protagonistas.

Vivimos la lucha que ellos vivieron por unos ideales de justicia colectiva, los necesarios para llevar al camino correcto de vivir y sentir.

La narración que nos presenta Sorkin es puramente limpia, estructurada con el centro en el juicio y con diferentes flashbacks ( los justos, sin pasarse) para contarlos la historia de 8 hombres (aunque en el título ponga 7, fueron ocho, el líder de los panteras negras formó parte) que fueron arrestados y  juzgados de una manera injusta.

El gran reparto que encabeza esta película da pie a un conjunto de personalidades que encontramos en los acusados que presentan una visión general de la izquierda progresista americana de los años 60: desde el hippie soñador al típico moderado con visión política.

Eddie Redmayne y Sacha Baron Cohen son la clara representación de estos dos niveles, con ellos nos adentramos en dos mentalidades que presentan características propias pero con tonos comunes.

El juicio de los 7 de Chicago huele a Oscar
El juicio de los 7 de Chicago huele a Oscar.

Si tuviese que decir un punto clave que me ayudó a denotar a esta película como necesaria, aparte de todo lo comentario anteriormente, sería la interpretación de Yahya Abdul-Mateen II. Da vida a Bobby, el líder de los panteras negras y a la vez da voz a una parte de la sociedad estadounidense que ha sido y sigue siendo maltratada hoy en día.

La poca empatía hacia él, la imposibilidad de poder defenderse al estar sin un abogado, el tratarle de una manera peyorativa en comparación a los otros acusados y el llegar a amordazarlo y arrestarlo en la silla por un simple hecho: estar reivindicando la injusticia que estaba viviendo en el juicio. Una imagen tan dura que traspasa la pantalla, con la que lloré de rabia al sentir la impotencia que él vivía.

El juicio de los 7 de Chicago ha llegado en un momento clave de la sociedad americana. Con una representación fuerte de las diferentes voces de la sociedad, la apuesta de Netflix ha dejado sin habla a todo el público y se ha posicionado en la carrera para adentrarse en muchas nominaciones de la academia.