Entrevistamos a Andy, segundo finalista de MasterChef 8 y repasamos su paso por el programa.
Desde el primer día, Andy ha dejado claro que venía a MasterChef 8 para ganarlo. A pesar de no ser así, y quedarse con la medalla de plata, el concursante ha sido uno de los más destacados de la edición. Desde su fanatismo a Tamara Falcó hasta sus grandes obras maestras que ha presentado a los jueces semana tras semana.
¿Qué te impulsó a presentarte al casting?
Una situación profesional bastante inestable. Fue el momento perfecto para dar el paso.
Define con 3 palabras tu paso por el concurso.
Lucha, superación y evolución.
¿Cómo ha sido la convivencia dentro de la casa de MasterChef?, ¿y vivir el confinamiento?
La convivencia dentro de la casa de MasterChef la definiría como cordial. El confinamiento fue el momento más intenso y, sobre todo, de mayor incertidumbre. Que os voy a contar que no sepáis.
¿Hay tanta rivalidad como se podía apreciar en los programas entre unos concursantes y otros?
Pues sí. Estábamos en un talent donde hay mucho en juego. Además, los castings para entrar son muy complicados y yo no estaba para regalar nada a nadie. Lo que pasa es que unos mostraban su cara competitiva más que otros.
Conseguiste llegar al último programa, ¿cuál de todas las expulsiones te afectó más?, ¿cuál de ellas no te esperabas que se fuese?
Ninguna de las expulsiones me afectó, es más, cada vez que se iba un concursante que no era yo me alegraba, eso quería decir que mi objetivo estaba cada vez más cerca. De todos modos, la que más me sorprendió fue la de Fidel, la más cruel bajo mi punto de vista.
Ha sido notable tu gran rivalidad con Iván durante todo el concurso, ¿cómo definirías tu relación con él?
No existe relación con él. Siento decepcionaros.
¿Con qué compañero o compañera sigues teniendo contacto?
Con Sara Lúa y Fidel. Es más, con Fidel estuve hace poco cuando vino a Madrid al Restaurante MasterChef y con Sara Lúa me voy a ver este verano en Galicia.
¿Cómo te sientes al ver que tu vida privada es cada día un poco más pública?, ¿cómo llevas que la gente te reconozca?
Pensaba que lo iba a llevar bastante bien, pero para mi sorpresa, en determinadas situaciones, me agobia un poco.
En tu reto final decidiste hacer un homenaje a tu paso por el programa, ¿qué ha sido lo más difícil del programa?, ¿qué has aprendido?
Lo más difícil del programa ha sido la lucha contra todo y contra todos. He aprendido que con confianza y seguridad en uno mismo consigues todo lo que te propongas.
¿Te veías como ganador?, ¿crees que Ana fue una justa ganadora?
Claro, sino no se me hubiera ocurrido presentarme. Ana hizo un gran trabajo en la final. Los jueces y Joan Roca consideraron que fue la mejor, así que, justa ganadora.
¿Qué momento de todo el concurso te gustaría destacar?
Cuando me hicieron bajar a mi equipo de la galería fue un momentazo. Pero sin duda ninguna, me quedo cuando Martín Berasategui me hizo entrega de la chaquetilla, fue brutal.
¿Qué le dirías a alguien que quiera presentarse a MasterChef?
Que adelante. Eso sí, que se conciencie que va a ser un camino duro, pero que va a merecer mucho la pena. Lo recomiendo a más no poder.
¿Cuáles van a ser tus planes ahora que MasterChef ha acabado?, ¿te gustaría abrir tu propio restaurante?, ¿te gustaría que fuese Tamara Falcó?
Mis planes van a ser seguir formándome en este mundo. Ahora tengo en mente aprovechar al máximo el curso en el Basque Culinary Center y ganar experiencia. Por supuesto, el día de mañana me encantaría abrir mi propio restaurante y que viniese todo el que quisiera, incluida Tamara Falcó, claro que sí.
Es muy complicado saber qué ocurre en cada programa y no poder decirlo, ¿cómo lo has llevado?
No es tan complicado. Esto lo he llevado fenomenal, el factor sorpresa que quería causar a los míos era superior a mis ganas de contar nada.
¿Cuál sería tu postre perfecto?
Mi nueva creación es la Tarta Banoffee al estilo Andy. Lleva un dulce de leche, una tierra de galleta de chocolate, un helado de plátano y crema de cacahuete, un crujiente de chocolate negro y aceite coco, una mousse de chocolate negro, nata montada y todo con chocolate negro rallado. Todo ello como podéis ver un poco… pretencioso.