Nacida como un homenaje a uno de los mayores artistas incomprendidos del arte pictórico de nuestros días, Loving Vincent se podría resumir en una única palabra, arte.
Vincent Van Gogh fue uno de los capitanes del arte impresionista, quien a la vez sufrió una gran incomprensión en su momento al transmitir sus sentimientos a partir de un tipo de pincelada que, en esos instantes y en esa sociedad en especial, no pudo darle la oportunidad de ser comprendida y criticada de la manera que se merecía.
A lo largo del tiempo y del paso de la creación de diferentes sociedades, las cuales han ido madurando y desarrollando su concepto sobre el arte, Van Gogh ha ido recibiendo el reconocimiento y valor que tanto él como sus creaciones se merecían, viendo así como el talento existió en él aunque no se le supiese reconocer en su momento, quedando permanente de tal manera que hasta hoy en día sigue vigente, más que nunca.
Miles de exposiciones, el Museo Van Gogh en Amsterdam… el dolor de Vincent ha dado la vuelta al mundo por muchos y muchos años y hará 3 años de ellos, pudimos vivir un culmen de reconocimiento hacia su persona y su arte a partir el cine, con Loving Vincent.
Mediante la imitación de su propio estilo, Loving Vincent se presenta como la mayor representación de su talento.
Con reconocidos actores de nuestro día a día como Douglas Booth o Saoirse Ronan, esta bella película se sitúa en 1891, un año después de la muerte de Vincent. Roulin, su cartero le pedirá a su hijo Armand que entregue personalmente la última carta que Van Gogh escribió a su hermano Theo, después de que sus anteriores intentos para hacérsela llegar fallasen. Armand, aún sintiendo rechazo por Vincent y todo lo que conllevó su muerte, aceptó con disgusto por el cariño que sentía su padre hacia el pintor.
A partir de ese instante, un increíble recorrido por la historia de Vincent hará verle a Armand la realidad, el dolor que llenaba el corazón del pintor y como su arte se merecía ser escuchado y degustado de la manera que debía haber sido, no con rechazo y desprestigio.
Nos encontramos con el primer largometraje compuesto con pinturas animadas, donde cada fotograma es un cuadro pintado sobre óleo de la misma manera que lo habría hecho Vincent Van Gogh.
80 minutos compuestos por más de 56.000 fotogramas, pintados uno a uno por una gran cantidad de excelentes pintores que a lo largo de varios y varios años, inspirándose en el bello y magistral arte de Van Gogh, pudieron darle el homenaje que este artista se merecería.