El cantante sevillano actúo en La Rambleta con su primera gira en solitario en el ciclo «Valencia Alive 21» organizado por The Music Republic
Álvaro de Luna es feliz encima del escenario, es algo que se le nota. Es de esos artistas que viven por y para hacer música en directo. De hecho, durante toda la noche estuvo con una sonrisa en la cara de oreja a oreja, algo que, junto a su magnética voz y carisma conquistó completamente a todos los que asistieron al concierto.
Pasadas las ocho de la tarde, Álvaro saltaba al escenario vestido de blanco y plenamente energético con ganas de darlo todo para interpretar «Cuando éramos dos», el que fue uno de los singles de Sinsinati. Con unos arreglos muy rockeros, fue el tema perfecto para abrir y animar al público valenciano. «Buenas noches Valencia, esto promete más de lo que esperaba. Vamos a divertirnos y va a ser increíble», fueron las primeras palabras que el andaluz dedicaba a los asistentes.
Cercano con el público como pocos, explicó prácticamente el significado de cómo surgieron todas sus canciones y la intahistoria que hay detrás de ellas. Una que confesó que era de las más especiales para él fue «Quiero», canción que escribió en cuarentena pensando en sus abuelos, porque se crió con ellos y vio el amor de verdad, algo que él anhelaba y ansiaba en su vida ya que «lo más bonito del mundo es querer y sentirse querido».
Por otra parte, admitió que «Duele» es quizás la canción más sincera que ha compuesto y le tiene muchísimo cariño. Contó que le duele cantarla pero, como él mismo dice, «a las personas el dolor nos reconforta». Animó a los asistentes a sacar las linternas de sus móviles y bajó del escenario para pasearse por todo el público mientras cantaba esta canción tan sentida.
Evidentemente, tampoco pudieron faltar en el repertorio canciones de su etapa en Sinsinati como «Volar», «Gitana de Madrid» o «Bailemos un Vals». También interpetó algunos temas inéditos, como «Incógnita», una canción que canta exclusivamente en directo o una canción que aún no sabemos como se llamará (aunque dio pistas y puede que se llame «Mañana») y que sí que estará en el disco.
Uno de los momentos más especiales e íntimos de la noche fue cuando se quedó solo en el escenario y cantó «Juramento eterno de sal» con su guitarra, tal y como la compuso y nació en su habitación. «Esta es una canción que me ha dado muchas alegrías y me transporta a lugares y sitios donde he sido muy feliz», contaba el de Sevilla. Y es que esta canción fue la primera que estrenó en solitario el pasado mes de noviembre. Su videoclip cuenta con más de 14 de millones de reproducciones en Youtube, en Spotify tiene más de 53 millones de reproducciones y ha llegado a ser número 1 en los 40 Principales.
En el que era el penúltimo concierto de este año, Álvaro estuvo acompañado de su banda, quienes defienden con él sus canciones a capa y espada y con los que demostró estar perfectamente compenetrado: Rafa Rivilla a la guitarra, Micky Martínez a la batería y Hache Navío al bajo. Entre los cuatro forman un equipo perfecto con los que que se entiende tanto encima y debajo del escenario, tal y como el cantante muestra en su cuenta de Instagram.
A petición del público cantó a capella el estribillo de «Llueve sobre mojado», canción de Pablo Alborán en la que colaboran él y Aitana. Pero la «traca final» del concierto estaba reservada para «Indios y Vaqueros» y la versión de «Juramento eterno de sal» con la banda completa, dos auténticos temazos de puro pop-rock que el público de Valencia gritó plenamente a viva voz.
«Ha sido un placer cantar con vosotros canciones que escribí en mi casa como reflexión y como terapia para liberarme. Gracias por hacer que tengan más sentido que nunca». Estas fueron las palabras que dedicó el joven sevillano al público antes de despedirse bajo el grito de «Amunt València» y bailando al ritmo de la canción «Samba» con su banda.
Y así, por todo lo alto, salía Álvaro del escenario de La Rambleta. Con esa voz rasgada que atrapa y sus letras llenas de significado, este joven todavía tiene muchas canciones que regalarnos. Álvaro dejó su juramento eterno de que volvería a Valencia y, sin duda alguna, el público se quedaría con él esta noche y muchas más.