La reina del pop español publica su esperado tercer álbum Alpha, un disco con concepto que promete ser catalizador de una comunidad
El contador llega a cero y Aitana abre las puertas a su nuevo universo: el universo Alpha. Tras meses de mucha expectación, empieza una nueva etapa para la ex-triunfita, que pone el puño encima de la mesa y nos muestra su nueva yo. Decíamos hace años en otro artículo que Aitana era un huracán que arrasaba allá por donde pasaba pero no sabíamos qué alcance tenía esa condición. Hoy, con la salida de su tercer proyecto discográfico, rompe sus propios récords y lo posiciona como su mejor lanzamiento hasta la fecha.
La catalana se embarca en un nuevo proyecto que traspasa los límites de un simple disco: con el concepto ‘Alpha’, Aitana pone nombre a una generación que ha venido para revolucionarlo todo. Alpha no es solo la primera letra del abecedario griego o el nombre que recibe la generación comprendida entre el 2010 y el 2020, Alpha es el principio de algo más grande que eso.
Así lo definía la artista en el manifiesto que compartió en marzo: “Alpha es el catalizador de una comunidad que busca transformar el mundo y dejar atrás el concepto negativo de lo que significa ser un líder alpha aportando valor a quiénes la conforman.”. Se trata del fin de una era que deja paso a otra nueva, mucho más madura (metáfora perfecta que retratada en la trama de las canciones, y que ahora comentaremos).
El objetivo del concepto Alpha es claro: empoderar a la generación que está creciendo para que lidere el cambio en la sociedad y el mundo. ¿Cómo lo hace? A través de unas canciones que muestran un momento de cambio en la artista y que invitan a los oyentes a desmelenarse y a deshacerse de ataduras. Revestido con ritmos electrónicos y urbanos, Alpha es un disco con una trama de amor, desamor, celos y reproches mucho más profunda que lo que podríamos definir como “un álbum discotequero”.
Los catorce temas que conforman el disco cuentan la historia de un amor que está condenado al fracaso y del que la protagonista se desprende para empezar una nueva etapa mucho más sana. De hecho, este disco se concibió en tiempo récord y sustituyó otro proyecto que dejó de representar a la artista tras unos cambios en su vida, cambios que podemos reconocer prestando atención a los versos de cada canción.
Y es que aunque hay un cambio notable en cuanto a género, la gran diferencia con sus trabajos anteriores no está ahí sino en las letras: en Alpha Aitana se deshace de metáforas y de medias tintas y apuesta por letras mucho más directas y explícitas: en este disco puedes identificar las historias que hay detrás de las canciones y empatizar y conectar con la artista. Hay veces que, por mucho que queramos dejar la vida personal a un lado, el poder relacionar las letras de las canciones con vivencias de la protagonista nos ayudan a acercarnos mucho más a ella, a entenderla y a engancharnos a la historia.
Referencias al pasado de la industria como los dararís y el Saturday Night de los 90s, y a sus propios temas como Teléfono o el concepto de rosa de la era 11 Razones, acaban de redondear el disco aportando guiños, que no encontrábamos en etapas anteriores.
La historia que esconde Alpha, canción a canción
A pesar de que el track inicial del disco es Alpha09, una intro electrónica que invita al oyente a bailar, ¿es realmente el génesis? Las primeras canciones que salieron a la luz, Formentera y En El Coche, fueron concebidas y publicadas antes de que el concepto de Alpha fuera ideado, por lo que la historia que cuentan tiene que ser necesariamente anterior a este. Es decir, estas dos canciones tienen que referirse a esa relación “de cuatro años” de la que Aitana acaba deshaciéndose, cuando todavía había amor. Y sería Alpha09 la introducción de la nueva era de la protagonista.
Los porqués de la ruptura son explicados en Dos Extraños, donde Aitana cuenta como su longevo amor de cuatro años acaba reduciéndose a cenizas incluso antes de que terminara la relación. No es ni la primera ni la última persona que pasa el duelo dentro de la relación, cuando los sentimientos se van enfriando poco a poco hasta sentir que el idilio ha llegado a su fin, y es algo que su single Berlín (2021) ya nos anticipaba.
Una vez puesto el punto final a la relación llegan los reproches en Dararí, el focus track del álbum. Aparece la etapa de la ira y lo único que te sale decir todo aquello que no has sabido expresar durante la relación: “para ti, tú eres primero / yo te juro que te quise / te nubló la mente el ego / tanto, que te sorprendiste”. En esta canción, Aitana ya da señales de lo que vendrá a continuación, con versos como “buscaré, a ver si me distraigo”.
La búsqueda de distracciones se explica en Las Babys, sample de Saturday Night (1995), y en su colaboración con Danna Paola, AQYNE (Ahora Que Ya No Estás), donde explica que sale de fiesta con sus amigas a disfrutar de la soltería y a perrear y “besarse con alguien más”. Pero las rupturas, sobre todo las de relaciones largas, nunca son lineales. Y tras las noches de fiesta, llegan los días de nostalgia, narrados en The Killers y Ella Bailaba. Y, como curiosidad, Aitana transmite tan bien el sentimiento de tristeza en Ella Bailaba que su manager sintió pena por la protagonista de la historia la primera vez que escuchó la canción.
¿Existe alguien que, en momentos tristes, no haya tenido ganas de contactar con su ex y retomar la relación en algún punto de su ruptura? Que levante la mano el que esté libre de pecado. Lo mismo le ocurre a Aitana y así lo cuenta en Otra Noche Sin Ti, desde el lamento de echar de menos, en Pensando En Ti, desde los pensamientos intrusivos y el obligarse a no escribirle (“he dejado mi teléfono para no llamarle”, ¿recuerdas?), y en 24 Rosas, desde la perspectiva de quien recibe la llamada del ex, cae en la trampa y acaba arrepintiéndose.
Los momentos más intensos del inicio de una relación quedan patentes en Los Ángeles y miamor. Las primeras veces, el juego, la pasión y la lujuria, y un denominador común: una situación de tensión no resuelta que venía arrastrándose desde hacía mucho tiempo y que ahora, por fin, se estaba dando.
El fin de esta cruda (¡y real!) historia llega con Luna. Si no crees en el destino, después de escuchar esta canción lo harás. La canción habla del amor que la protagonista siempre ha llevado dentro, incluso durante la etapa en la que ha estado con otra persona, y que solo ha expresado en sus sueños:
“Tantos años que costó estar juntos / cada uno en su lado del mundo / solo en sueños te besaba / porque nunca lo aceptaba / tanto daño y tiempo perdido / preguntándome qué haría el destino”
En esta canción nuestra protagonista también trata de explicar cómo este nuevo amor cubre las carencias de la anterior relación: le ofrece el apoyo y la atención que el anterior no podía darle, la apoya en sus malos momentos y la mira de esa forma especial de quien solo tiene ojos para ella.
Y es con Luna que empieza un nuevo capítulo que todavía está por escribir y que (ojalá) podremos desgranar en futuros proyectos.