Viva Suecia ha vuelto a Barcelona tras su paso en febrero con la gira El Milagro, esta vez con un formato más íntimo a lo que andan acostumbrados.
Viva Suecia, a pesar de apelar al país escandinavo, no ha atraído el frío del norte al Camp Nou, pero sí a centenares de personas. El grupo murciano apenas lleva un lustro encima de los escenarios, pero ya acumula una legión de fans propia de bandas con un largo recorrido. Desde grupos de amigos a familias enteras acudieron ayer al campo blaugrana para ver a la banda tocar en un formato más íntimo y cercano: en electroacústico.
De primeras, suena extraño. ¿Cómo van a mantener su esencia rockera en un escenario tan pequeño y con un formato tan distinto? Pero no solo han supieron mantenerla, sino que acabaron poniendo a todo el público en pie coreando todos sus temas.
El milagro del Cruïlla XXS
Nada más entrar, la banda atrapó al público, que se fundió en un aplauso al verlos desfilar hacia el escenario. Solo hace cinco meses desde su última visita a la capital catalana, pero la falta de conciertos a causa de la pandemia tenía al público sediento. Barcelona tuvo suerte: el grupo murciano tocó en febrero, semanas antes de que todo cambiara. Otras ciudades no tuvieron tanta suerte y vieron sus fechas de la gira El Milagro canceladas.
Precisamente con la canción que da nombre a su último disco, El Milagro (2019) comenzó el espectáculo. Un tema que, a pesar de su ritmo más lento y su lado más emocional, consigue desde el principio poner al público de pie.
Desde el principio, Rafa Val, vocalista y guitarrista, se mostró muy entregado y agradecido a los asistentes. También a todo su equipo y al equipo del Cruïlla XXS: sin ellos, nada de esto sería posible. Gracias a ellos, el milagro de los conciertos en tiempos de coronavirus es una realidad.
A El milagro le acompañaron otras canciones del último álbum del grupo. Necesitarnos tanto, que da nombre a esta gira atípica, Algunos tenemos fe y Será han sido algunas de las elegidas para el repertorio, todas ellas coreadas y disfrutadas hasta el último segundo.
Volviendo a viejos temas
Citando su tema Necesitarnos tanto, quizá fue su «fobia brutal al presente» la que provocó el salto temporal del setlist. Volvemos a 2017. Viva Suecia acababa de sacar su segundo álbum, Otros Principios Fundamentales.
El tema elegido es ¿Nos ponemos con esto?, y Rafa Val anima al público: “vamos a estar aquí toda la noche, amigos y amigas de Barna”. Cada vez se ve a más gente de pie, sobre todo en el sector trasero. Amigas se corean las canciones unas a otras, escondiendo sonrisas tras las mascarillas.
Bromean entre canciones. Para ellos, tocar en el Cruïlla XXS es como tocar en el salón de una casa muy grande (y con un aún más grande jardín). Con otro salto en el tiempo y una bajada de ritmo, viajamos a 2016, a su disco La Fuerza Mayor. Con temas como estos, se comprende la cantidad de fans que tiene detrás la banda murciana.
Canciones que tratan cuestiones presentes en todas nuestras vidas, que nos remueven por dentro y nos invitan a reflexionar. Y, por la reacción del público, Los Años es una de esas.
“Demostrar lo improbable / y salir constantemente a flote. / Destruir el futuro / desde los cimientos de algo puro”. Piedad, un tema que ya tiene tres años de edad, parece hablar de la nueva realidad que vivimos.
De resurgir de entre las cenizas, pase lo que pase. Y el público parece sentirlo: todos se suman en un coro perfecto hacia el final de la canción, que acompaña a los instrumentos del grupo como si hubieran nacido para ser uno.
Emociones a flor de piel
Versionando el Te quiero igual de Andrés Calamaro, Val nos confesó que no sabía si estaba despierto o si tenía los ojos abiertos. Comprensible: con casi todas las localidades vendidas, el público de Barcelona se entregó a más no poder. Incluso se avistaban banderas de Suecia entre las primeras filas.
Durante El Nudo y la Esperanza y Casi Todo, jugaron con los sintetizadores y el sonido. Son canciones movidas, llenas de energía, que pusieron a aún más personas en pie. Pero después de estos dos energizantes temas, vino la fuerza y emotividad de Días Amables.
No solo erizó la piel del público, sino que para la banda es muy intenso a la hora de tocarlo. Y la intensidad se mantuvo durante A Dónde Ir, otro tema que toca la fibra y que provocó que los asistentes se unieran para corear todas y cada una de las frases.
Un concierto más cercano
Desde el principio, la banda murciana avisó de que se permitirían hablar entre tema y tema. Quizá para rebajar la emoción, contaron la historia detrás de Permiso o Perdón, un blues postrock que se salía de la idea inicial que tenían en cuanto a sonido. La gente adora esta canción: al parecer, muchos se saben la historia.
Y ellos también parecen adorarlo: al igual que en la versión de estudio, se enzarzaron en un largo final protagonizado por los instrumentos.
La cercanía con los asistentes también es protagonista en Hemos ganado tiempo. El tema fue interrumpido de forma abrupta tras el pleno de los asistentes al corear los dos primeros estribillos. La banda discutió si era la primera vez que algo así sucedía, pero llegaron a la conclusión de que no lo era: el mismo público barcelonés ya lo había conseguido el pasado febrero en Razzmatazz.
Un público eufórico
Llegó un momento en que el público se los comió. Fue en Amar al conflicto, un tema en el que predomina el bajo y que causó que todo el mundo se pusiera en pie. Por un momento, el coronavirus se volvió un fantasma. Los asistentes saltaron, olvidando por un momento la realidad que vivimos. Todo lo que importaba en ese momento era la magia que Viva Suecia ha creado en el escenario.
El concierto cerró con dos de sus temas más conocidos: Bien por ti y Lo que te mereces. El público ya estaba totalmente ido: saltando, cantando y gritando, disfrutando del presente. Y la banda parecía recibir esa energía: algunos de ellos abandonaron sus sillas, propias del formato acústico.
La banda murciana no nos trajo anoche los gélidos aires de Suecia, pero sí la energía de sus temas y muchas ganas de emocionarnos. Su formato electroacústico se escuchará en muchas más ciudades y festivales. Pero una cosa es segura: ni el público barcelonés ni Viva Suecia olvidarán la noche de ayer, en un Camp Nou aparentemente desierto pero a rebosar de energía.