Nena Daconte ha vuelto a los escenarios con un concierto en la sala eslava de Madrid. La cantante ha aprovechado para cantar las canciones que siempre le han acompañado y, también, temas nuevos.
Nena Daconte ofreció un concierto en la sala Eslava de Madrid donde interpretó sus canciones más conocidas y otros temas nuevos que, aún, no han visto la luz. Después de unos meses, la cantante volvía a los escenarios de la capital.
Sin duda, los últimos años han sido algo complicados para la madrileña, sin embargo, la tarde del domingo era de celebración. La discográfica independiente Subterfuge se había interesado por su música recientemente y habían llegado a un acuerdo. Por fin podría hacer conciertos y música apoyada, pero libre. Además, la cantante acaba de publicar un libro contando todas sus experiencias en la industria musical. Se avecinan tiempos bonitos para Nena Daconte.
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Caía la tarde del domingo cuando Nena Daconte volvía a subirse a los escenarios. En esta ocasión, era el de la sala eslava de Madrid. La madrileña tenía mucho que ofrecer a un público hambriento de talento.
«¡Hola a todos! ¿Todo bien?», empezó diciendo la cantante y después de eso todo comenzó. Las luces se apagaron y de Mai empezó a salir un torrente de voz inconfundible. Vítores, aplausos y gritos. Cuántas ganas había de algo así. «Mai guapa», «Nena Daconte» y «Olé» fueron las palabras más extendidas por la sala. Se avecinaba una gran cita.
La cantante no dejó de agradecer a todos los asistentes por haberla acompañado en una fecha tan especial. «Sois el motor de la música y, sin vosotros, nada tendría sentido.», admitió. Guitarra en mano todo seguía. Idiota y No te invité a dormir fueron las siguientes. En cuanto a la última, Mai contó algo de narrativa. La canción estaba basada en una historia real de un amor que nunca llegó a ser por timidez.
Además del agradecimiento al público general, entre los asistentes al evento se encontraban los hijos de la cantante algo que, entre risas, admitió que: «me produce respeto. Hay que hacerlo muy bien». Sin duda, el horario del concierto había sido elegido para que todos pudieran asistir. Jóvenes, padres y niños invirtieron su tarde de domingo en escuchar a Mai. Ella conoce a su público y, por eso, optó por hacerlo así.
La cita continuó y la cantante quiso darlo todo, sin casi parar. Quería escuchar al público cantar. Disparé y En qué estrella estará dieron fe de ello. Nadie se quedó inmóvil. Era imposible hacerlo ante dos canciones que han marcado, ya no solo la vida de los que allí estaban, sino el curso musical de una generación.
El concierto terminó con una Mai eufórica dándolo todo con una de sus canciones más conocidas: Tenía tanto que darte. Los gritos descontrolados del público animaron a la cantante a unirse a ellos y, antes del primer estribillo, ya estaba en el foso compartiendo el final de la noche con todos los que le quieren.
Terminaba así una noche que quedará para el recuerdo de la cantante y los asistentes. Ellos querían volver a escucharla en vivo y ella quería cantarles y, se notó. La noche fue una simbiosis llena de música y cariño. Ojalá no pase mucho hasta que volvemos a disfrutarla porque sí, queda mucha Mai por delante.